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Regreso al noroeste de Inglaterra

3 min

El noroeste de Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, es también un tapiz de belleza natural con su vasta campiña. Tras saborear Wirral y el Distrito de los Lagos, sentí la llamada de algo familiar, pero con la promesa de lo inexplorado. Esta vez, mi viaje me ha llevado a los condados de Gran Mánchester y Yorkshire del Oeste, buscando esa chispa de las ciudades que nunca duermen y la quietud particular de sus relieves montañosos.

Mánchester: una ciudad en constante reinvención

Olvidemos la etiqueta de «Barcelona inglesa» que le otorgó una conocida guía de viajes. Mánchester tiene su propia voz y despliega su carácter sin artificios. La ciudad palpita con una vida que, lejos de olvidar, honra su poderoso legado industrial.

Y aunque su arquitectura no compita en monumentalidad, cautiva con una autenticidad que se desmarca del bullicio turístico y ofrece una experiencia genuina que atrapa precisamente porque no busca el aplauso fácil del turista. Aquí, la experiencia es real, ajena a cualquier postal prefabricada. Y es palpable cómo, en las últimas décadas, ha sabido reinventarse, tejiendo modernidad entre las costuras de su historia sin perder su esencia obrera y creativa.

Si bien el corazón de Mánchester alberga un extenso distrito comercial, el verdadero latido se siente en el Northern Quarter. Es un rincón que irradia una energía contagiosa, un imán tanto para quienes queman la noche como para quienes buscan la primera luz del día. Hay algo allí que invita a la diversión para noctámbulos y madrugadores por igual.

El Chinatown de Mánchester, el segundo más grande de Gran Bretaña tras el de Londres, envuelve en una marea de olores y sabores. Aquí, cada restaurante y cada tienda especializada es una puerta directa a mundos lejanos, una muestra elocuente más de la diversidad que la ciudad abraza.

Mánchester
Mánchester

Leeds: la metamorfosis de una ciudad

Leeds, en el corazón de Yorkshire del Oeste, no es solo un núcleo metropolitano, es un testimonio de la transformación. Aquí, la historia no es algo estático: antiguos edificios industriales respiran nueva vida convertidos en espacios culturales, como la Leeds Art Gallery, donde el arte contemporáneo encuentra un hogar lleno de actividad. El centro de la ciudad es un recorrido por su propia trayectoria, y el canal de Leeds y Liverpool, una arteria de piedra y agua, es un recordatorio de cómo la ingeniería conectó ciudades y pueblos a través de los Peninos.

Más allá de su evidente riqueza cultural, Leeds se ha consolidado como un centro dinámico de ideas y conocimiento, orgullosa de su influyente Universidad de Leeds. La ciudad no solo acoge, sino que amplifica el pulso de una escena musical palpitante y sus festivales, que la llenan de energía. Y en su corazón late el histórico Leeds Kirkgate Market, un inmenso mercado cubierto que, desde el siglo XIX, sigue siendo uno de los más extensos de Europa y un punto de encuentro esencial.

Leeds
Leeds

Bleaklow: la paradoja del páramo

Los Peninos, la emblemática «espina dorsal de Inglaterra», se extienden desde el norte del país hasta el sur de Escocia. Esta cordillera nace en el Peak District, serpentea por los valles de Yorkshire, los páramos de Lancashire y las alturas de Cumbria, para difuminarse finalmente en las Colinas Cheviot, justo en la frontera escocesa. Desde Glossop, una de las puertas de entrada al Peak District, la proximidad de los Peninos es una invitación directa a adentrarse en ellos a pie.

Bleaklow, con su apariencia que esconde más de lo que muestra, es una meseta que guarda desafíos incluso para el montañero curtido. En días de niebla, el lugar pone a prueba con su mala visibilidad y su paisaje inhóspito, y convierte una simple caminata en una prueba de orientación y resistencia.

El terreno, empapado, hace que atravesar estos páramos de musgo y turba sea como avanzar sobre una esponja gigante, saturada de un agua oscura como el carbón. En Bleaklow Head, la cima suavemente redondeada, se despliega un panorama casi lunar que engaña sobre su modesta elevación.

Cerca de la cumbre, los restos del B-29 Overexposed, un avión de reconocimiento que se estrelló en 1948, yacen como un recordatorio sombrío del pasado y de la naturaleza indomable de estas tierras. A pesar de la tragedia que cobró la vida de sus 13 tripulantes, el sitio continúa siendo un punto de peregrinación. La conservación de los restos es sorprendente; durante mi visita me aseguré de mantenerlo intacto por respeto a su historia.

Aunque Bleaklow pueda parecer un lugar desolador, también desvela una faceta serena y evocadora. Fue un acierto dejarme persuadir para descubrir este paraje; una experiencia imborrable.

Glossop
Glossop
Bleaklow
Bleaklow

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