Escapada renana

Tras un largo periodo sin aventuras, este mes he vuelto a explorar nuevos horizontes. Mi destino: Alemania. Aquí he podido desgranar dos de sus regiones: Renania del Norte-Westfalia y Baden-Württemberg. En perfecta armonía con el entorno, me he sumergido en su estilo de vida, sus tradiciones y su deliciosa gastronomía, todo ello en un ejercicio de slow travel. Una auténtica delicia para los sentidos.

Renania del Norte-Westfalia es una región vibrante en lo cultural y lo comercial, marcada por los ríos Rin y Ruhr. Estos dos cauces vertebran la región metropolitana Rin-Ruhr, la mayor área urbana del país, con muchos atractivos que se pueden visitar a golpe de tren.

El Rin, el río más transitado de Europa, baña las ciudades ribereñas de Düsseldorf, Colonia y Bonn, que lucen un ambiente fluvial con paseos, puertos y restaurantes con encanto. El paisaje urbano lo delinea una singular mezcla de iglesias góticas, torres de telecomunicaciones y audaces edificios modernos.

Por su parte, la cuenca del Ruhr (Ruhrgebiet), antaño zona industrial y minera, es una región en transformación que se ha adaptado al presente. El río que la recorre ofrece una ruta con paradas como Duisburgo, Essen y Dortmund.

Más al norte, destaca la exuberante ciudad de Münster, una joya gótica y románica entre Colonia y Hamburgo. Su arquitectura histórica se complementa con los invernaderos del jardín botánico, junto al castillo barroco (Fürstbischöfliches Schloss), sede de la Universidad de Münster.

Al oeste, cerca de la frontera con Bélgica y los Países Bajos, se encuentra Aquisgrán (Aachen), una ciudad balnearia con personalidad propia, famosa por sus manantiales minerales de aguas humeantes. Comparte el encanto de otras ciudades balnearias como Budapest, Karlovy Vary o Baden-Baden. Su joya arquitectónica es el conjunto formado por la catedral (Aachener Dom) y el ayuntamiento barroco (Aachener Rathaus).