InicioCuaderno de viajePraga y Karlovy Vary

Semana de docencia en Praga

Este mes he hecho una estancia en la Universidad Jan Amos Komenský (Praga) donde he impartido dos conferencias sobre documentación audiovisual, un campo de estudio poco difundido fuera de España, ya que hay escasa literatura internacional al respecto. Además, he tenido la suerte de conocer la radio nacional checa, Český rozhlas, y ver cómo trabajan los profesionales de la comunicación.

Pero no todo ha sido trabajo; también ha habido tiempo para el ocio. Y como me encanta el cine, he aprovechado la ocasión para visitar Karlovy Vary, una ciudad balnearia que ha sido localización e inspiración de películas como Casino Royale y El Gran Hotel Budapest. También he disfrutado de Praga, una ciudad versátil que ha sido escenario de muchas películas, como ella misma o simulando otras ciudades como Budapest, Moscú o Zúrich. Sí, lo admito: me encanta viajar siguiendo las huellas de mis películas favoritas. ¿A vosotros no?

Praga
Casa Danzante

Praga

¿Os imagináis estar en una ciudad que parece sacada de una película? Pues así es la capital checa, que enamora a los cineastas por su belleza y su historia. Praga sobrevivió a dos guerras mundiales sin perder su encanto, y eso se nota en sus puentes antiguos, que son una maravilla.

El más famoso es el puente de Carlos, donde se respira un aire bohemio y se disfruta de las vistas del río Moldava, que se hace más ancho y majestuoso al pasar por la ciudad. Pasear por el puente al amanecer y al atardecer es una experiencia única, con el sonido de los pasos sobre las piedras y el reflejo de las luces en el agua. Es un icono de la ciudad, como lo son el Spree en Berlín, el Támesis en Londres o el Sena en París.

Praga tiene un toque antiguo que le hace a uno viajar en el tiempo. La Plaza de la Ciudad Vieja es la más bonita y la más importante de Europa, y tiene una magia especial. Los edificios que la rodean son de diferentes estilos, pero forman una combinación perfecta que le da a la ciudad ese ambiente mágico que la hace única.

Es especialmente icónica la Casa Danzante (Tančící dům), un edificio deconstructivista de Nationale-Nederlanden diseñado por Frank Gehry y Vlado Milunić. Parece de otro mundo. En su momento fue polémico porque desentonaba con los edificios barrocos, góticos y art nouveau que lo rodeaban, pero ahora es un símbolo de la ciudad.

También es impresionante el Castillo de Praga, que es mucho más que un castillo. Es una ciudad dentro de la ciudad, con sus calles, sus plazas, su palacio, su convento, su basílica y su catedral, que es la joya de la corona: la catedral de San Vito. Desde el castillo se puede ver casi toda la ciudad, y es una vista que quita el aliento.

Y si queréis ver algo diferente, no os perdáis el cementerio judío. Aquí, las tumbas están todas juntas, sin orden ni concierto, porque los judíos no podían quitar las antiguas para poner las nuevas. El resultado es un laberinto de lápidas de piedra rodeadas de plantas, que le dan un toque misterioso y singular.

Castillo de Praga
Castillo de Praga
Plaza de la Ciudad Vieja
Plaza de la Ciudad Vieja
Puente de Carlos
Puente de Carlos

Karlovy Vary

A solo 130 km de Praga se encuentra Karlovy Vary, la ciudad balnearia por excelencia. Parece sacada de una postal. Es una ciudad de cuento encajada en un estrecho valle por el que discurre el río Tepla. Pasear por este pastiche arquitectónico, con sus arcos, columnas y edificios de todos los estilos, revela secretos increíbles. Esta ciudad bohemia es destino popular desde el siglo XIX por sus aguas termales, que dicen que tienen propiedades curativas.

Y si queréis ver una vista espectacular de la ciudad y las montañas, no os podéis perder la torre Rozhledna Diana, que está en lo alto de una colina. Podéis subir en un funicular antiguo, pero os recomiendo que hagáis el camino por el bosque, que es precioso y está lleno de vida. El sendero es fácil de seguir y os llevará a un mirador que os dejará sin palabras.

Karlovy Vary
Karlovy Vary

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