Túnez es un país que envuelve con su legado histórico y la calidez de su gente. Sus paisajes, que parecen sacados de un cuento, van desde el azul profundo del Mediterráneo hasta los rojos y ocres que pintan las sierras del Atlas y las dunas del desierto, rematados con el verde exhuberante de las palmeras. Estas vistas hacen de Túnez un lugar predilecto para los viajeros de Europa.
Sin embargo, mi viaje a este país de puertas pintadas fue por otro motivo. En las ciudades de Túnez y Susa nos hemos reunido los socios del proyecto de cooperación universitaria eMEDia, una iniciativa que busca renovar la educación superior y fomentar el periodismo crossmedia. Aunque el tiempo libre fue breve, fue suficiente para descubrir y disfrutar de lo que estas dos ciudades tienen para ofrecer.
Túnez es un crisol de culturas, donde la modernidad se encuentra con la tradición. Es el corazón palpitante del país, donde los zocos bulliciosos y las avenidas modernas se entrelazan con sitios históricos como la impresionante medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Susa, por su parte, es una animada localidad costera cuya medina, con su laberinto de callejuelas y sus fortificaciones medievales, conserva el encanto de vieja ciudad árabe ajena al paso del tiempo. El frente marítimo es una inmensa playa de arena blanca que bordea toda la ciudad. Port El Kantaoui es un ejemplo perfecto de esta mezcla, con su puerto deportivo de estilo andaluz y campos de golf que atraen a visitantes de todo el mundo y ofrecen una experiencia única de ocio y relajación.
En este entrelazado de historia y modernidad, Túnez y Susa no solo se erigen como joyas del Mediterráneo, sino también como faros de conocimiento e innovación. El proyecto eMEDia es un puente que une culturas y saberes, y proyecta un futuro en el que la educación y el periodismo transcienden fronteras, alimentados por la rica herencia de estas tierras.