Considerada como la capital del norte portugués, Oporto es como un libro desplegable que se abre desde el Duero. De aspecto decadente y con un aire bohemio, Oporto engancha al visitante por su río, sus tiendas, su gastronomía y sus vinos. Es una ciudad de contrastes que se disfruta callejeando entre fachadas de azulejos y degustando sus vinos, de los más antiguos del mundo.
Oporto es un lugar de tradición vinícola y portuaria, hecho a base de granito, de iglesias y azulejos, y de balcones de hierro en los que se sigue tendiendo la ropa. Surcar los últimos tramos de su río, caminar por sus empinadas cuestas llenas del barroco más imponente y disfrutar del vino que ha dado a esta ciudad su nombre más internacional son planes imprescindibles para conocer la esencia de esta seductora ciudad.