La aparición de plataformas sociales para almacenar y compartir imágenes ha traído consigo nuevas formas de organizar y difundir las colecciones de fotografías personales. En estos espacios en línea, las personas pueden compartir sus imágenes con sus contactos o con el público general, y entonces pueden usar el sitio como un escaparate digital de sus creaciones. Con lo cual, estas plataformas parecen tener un gran potencial como archivo personal duradero.
Flickr, uno de los ejemplos más tempranos de informática social, es el depósito de fotografías más orientado a la creación de comunidad. Los usuarios de esta plataforma, en lugar de agrupar las imágenes según su significado personal, piensan ahora en un contexto más amplio y se preocupan por poner sus fotografías a disposición de toda la comunidad: las titulan, las describen y las agregan a grupos temáticos para hacerlas más fáciles de encontrar.
¿Cómo representan el contenido de sus fotografías personales para facilitar la recuperación y el descubrimiento por parte de otros usuarios? ¿Y en qué medida estos esfuerzos de gestión coinciden o contrastan con los desempeñados en el ámbito personal?
Para responder a estas preguntas he llevado a cabo un estudio a pequeña escala. A partir de una muestra de 200 imágenes, que corresponden a otros tantos usuarios individuales, este trabajo analiza los esfuerzos que los usuarios de Flickr dedican a facilitar la recuperación y el descubrimiento de sus fotografías.
Los resultados preliminares ya están disponibles en el preprint de la comunicación que he presentado en el IV Congreso ISKO España-Portugal (Barcelona, 11–12 de julio de 2019), donde ha habido ocasión de debatir sobre este tema y sobre otros relacionados con la organización del conocimiento en colecciones de recursos gráficos y audiovisuales.