Cada día recibimos un alud de información que nos aumenta la ansiedad, nos empeora la capacidad analítica y nos conduce a decisiones erróneas. La información, en exceso, se vuelve más nociva que beneficiosa porque no podemos procesar la infinidad de impulsos que recibimos.
Con la convicción de que el progreso tecnológico ha mejorado nuestra calidad de vida, recurrimos a la tecnología en busca de una solución, aunque la misma tecnología es parte del problema; en lugar de darnos más tiempo libre, nos presiona para hacerlo todo más rápido y nos expone a bulos y engaños cuyas consecuencias pueden ser fatales.
En su edición de este noviembre la revista Mater purissima, especializada en temas sociales, culturales y de familia, publica el artículo «Info-obesos, pero desinformados». En ella, Pere Marí ofrece un exhaustivo reportaje que ahonda en el fenómeno de la infoxicación y en el cual he tenido el placer de hacer algunas aportaciones.
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M. Ángeles López Romero. «¿Estás infoxicado? Peligros y recomendaciones en la era de las distracciones tecnológicas». Revista 21, agosto-septiembre de 2014, p. 14-21. PDF
Genís Cormand, Ferran Alsius, Carles de la Encarnación. «La infoxicació: asfíxia per excés d'informació». Telenotícies. Televisió de Catalunya, TV3, 28 de setembre de 2013. Vídeo Noticia
Sergio Fanjul. «Atentos a todo... y a nada». El País, 12 de mayo de 2011.
Jorge Franganillo. «La ansiedad informativa». Uno, 5 de abril de 2010, p. 14. PDF
Jorge Franganillo. «La carrera por la atención». Uno, 27 de mayo de 2009, p. 9. PDF
Muchas personas tienden a consumir contenidos que, más que aportar información nueva, refuerzan su ideología y sus puntos de vista, porque quieren autoafirmarse. Es un fenómeno conocido como «autopropaganda».
