Eslovenia regala unos paisajes vírgenes en plena Europa, con vistas vertiginosas de picos alpinos, montañas, valles y lagos cristalinos como recién salidos de un cuadro paisajista. Este pequeño país, que en abril huele a primavera, ha sido un descubrimiento sorprendente, y la sorpresa ha empezado en la misma capital del país.
Liubliana
Liubliana es una de las capitales más verdes y agradables de Europa. Y logra ese equilibrio esquivo entre tamaño y calidad de vida: es lo bastante grande para resultar interesante y lo bastante pequeña para recorrerla a pie sin fatigas. El tráfico está restringido en el centro, con lo que las frondosas orillas del río Ljubljanica, que fluye de color verde esmeralda por el corazón de la ciudad, están libres para peatones y ciclistas.
Un buen lugar donde comenzar a explorar Liubliana es la colina del castillo medieval, a la que se accede de varias formas. El ascenso a pie por Mačja steza regala unas bonitas vistas de la Iglesia Parroquial de San Jaime y de los tejados del centro histórico. El castillo, imponente y majestuoso, es un icono inconfundible de la pequeña capital de Eslovenia.
La diversidad climática y geológica de Eslovenia favorece la producción de una sorprendente variedad de vinos. En pleno centro de Liubliana se pueden degustar algunas de sus 52 cepas, maridadas a la perfección con deliciosas especialidades culinarias. En el mismo centro, entre las plazas de Vodnikov y Pogačar, se instala al aire libre el enorme mercado central, un derroche de colores, aromas y sabores.
Bien entrada la noche, Liubliana tiene una atmósfera única, realmente mágica, y un sinfín de opciones para el terraceo y el buen comer. La escena nocturna de la pequeña capital eslovena, ecléctica y festiva, ofrece en Cankarjevo nabrežje un lugar perfecto para ver y ser visto.
En esta época del año, las orillas del río se convierten en una terraza gigante, ideal para relajarse, disfrutar de un aperitivo y dejarse llevar por la magia del ambiente nocturno. La alegre Eipprova ulica, con su colorida mezcla de cafés y pubs, es otra de las arterias principales del entretenimiento en Liubliana .
Quienes busquen experiencias alternativas, encontrarán en Metelkova uno de los barrios de cultura underground más importantes de Europa. Pese a su impactante aspecto, es un lugar que acoge con gratitud a todos sus visitantes. Incluso cuenta con un albergue único en su género, el Hostel Celica, ubicado en una antigua prisión.
Bled
Es imprescindible una excursión al Lago de Bled. El escenario es cautivador: un lago cristalino, una isla diminuta, una iglesia de una belleza imposible y un castillo adosado a la pared del acantilado. Si a todo ello se le suma un telón de fondo con picos alpinos, Bled parece recién salido de la mesa de dibujo de un artista. Las góndolas, por su parte, añaden un toque extra de romanticismo al lago, ya por sí solo un escenario arrebatador.