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Edimburgo, una urbe de muchas caras

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Edimburgo, la capital escocesa, es un tapiz de callejones empedrados y tejados que se alzan hacia el cielo. Sus edificios, adornados con buhardillas y chimeneas, cuentan historias de un pasado enigmático, sus paredes de piedra oscurecidas por siglos de historia. Rodeada de misterio, la ciudad es un crisol de leyendas y relatos escalofriantes que cobran vida en la penumbra otoñal.

Sobre siete colinas se despliega esta urbe milenaria, dominada por el imponente castillo de Edimburgo, una fortaleza ancestral que se erige sobre un lecho de roca volcánica. Desde su altura, se revela una vista panorámica sin igual de la ciudad.

Bajo su sombra yace la ciudad vieja, un laberinto medieval donde aún resuena el eco de una vida intramuros, oscura y sombría. Aquí, entre un enredo de callejuelas, escaleras y pasadizos secretos, se extiende la Royal Mile, arteria vital que conecta el castillo con el palacio de Holyrood, hogar de la realeza británica en Escocia.

La vieja ciudad guarda tesoros como Victoria Street, cuyas fachadas coloridas son un preludio a Grassmarket, antaño mercado y escenario de ejecuciones, hoy rebosante de vida con sus pubs y restaurantes.

Paseando por estas calles ancestrales, es común encontrarse con un gaitero, kilt al viento, que con su música invita a celebrar la rica herencia cultural de Edimburgo. La ciudad resuena con melodías que van desde las tradicionales gaitas y el folk hasta el vibrante pulso de bandas de rock alternativo.

Al norte, la elegancia se materializa en la ciudad nueva, distinguida por su arquitectura georgiana y sus jardines meticulosamente cuidados. En el West End, las casas señoriales y las boutiques sofisticadas invitan a explorar y descubrir.

No menos encantador es Dean Village, un remanso de paz junto al río, que ofrece una pausa mágica en el bullicio urbano.

Pero si hay un lugar que captura la esencia de Edimburgo, ese es Calton Hill. Con un ascenso corto y gratificante, se llega a un conjunto de monumentos neoclásicos que, aunque peculiares, brindan un telón de fondo memorable a las impresionantes vistas de la ciudad.

Descendiendo hacia Leith, el barrio marítimo vibra con una energía renovada. Sus muelles antiguos ahora albergan comercios y galerías de arte, testimonio de su rica historia marítima.

De vuelta al corazón de Edimburgo, Leith Walk y Easter Road despliegan un abanico de colores y sabores, con tiendas de todo tipo que invitan a perderse en su diversidad.

Así es Edimburgo, una ciudad que, como un libro abierto, invita a ser leída en cada esquina, ofreciendo capítulos de aventura, historia y leyenda a cada visitante curioso.

Princes Street
Princes Street
Dean Village
Dean Village
Calton Hill
Calton Hill
Leith
Leith

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