Nuevos formatos para la lectura

La humanidad accedió por primera vez a la cultura mediante el oído y la palabra hablada: a través de la oralidad el ser humano transmitió experiencias y tradiciones. Desde aquellos tiempos remotos, el acceso a la cultura ha sido transformado, sucesivamente, por la escritura, la imprenta y las nuevas tecnologías.

La escritura transformó aquella oralidad: antes era el mensaje, oral; y ahora es el texto, escrito. La escritura no sustituyó la oralidad, sino que permitió la permanencia del mensaje en el tiempo, modificó la relación que se había establecido entre el mensaje y el receptor. Y ahora, a milenios de distancia, las nuevas tecnologías vuelven a la oralidad con los audiolibros.

El soporte para el texto evolucionó desde la tableta de arcilla hasta el libro digital. De la tableta de arcilla el texto pasó al rollo, de este al códice y después al libro, y ahora al soporte digital. Cambia el formato, pero la idea es la de siempre: el libro electrónico se presenta con reminiscencias de la tableta de arcilla; la base del desplazamiento del texto, característica del documento digital, ya la tenían los rollos de pergamino.

Internet y el soporte digital multiplican las posibilidades de acceso al libro como vehículo de cultura: permiten acceder a un documento remoto si este texto se ha puesto en una colección digital o en una librería virtual. La tecnología también permite escuchar un audiolibro en circunstancias en que leer sería imposible; muchas personas se benefician de ello, entre ellas las personas ciegas, que además tienen el sistema Braille de lectura.

Los nuevos formatos para la lectura suponen actualmente un renacimiento cultural sólo comparable con la invención de la imprenta, hace más de cinco siglos. Y consiguen que el libro sea más accessible, que esté al alcance de más personas, que pueda acceder a él quien antes no podía. Porque, en definitiva, leer es más que una función visual: es acceder a un texto mediante cualquiera de nuestros sentidos, para interpretarlo y enriquecernos.

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