Mi primer compromiso profesional de este año me llevó de vuelta, en enero, a Palma de Mallorca, donde ya había impartido formación en otras ocasiones. Esta vez, la invitación provenía del prestigioso CESAG, un centro universitario adscrito a la Universidad Pontificia Comillas, y la propuesta era tan apasionante como relevante: un ciclo de tres conferencias sobre la aplicación efectiva de la inteligencia artificial (IA) generativa en la docencia universitaria y en la investigación científica. Ya hemos celebrado las dos primeras sesiones, y la tercera está programada para septiembre.
Este ciclo me ha brindado la gratificante experiencia de intercambiar puntos de vista con el equipo docente del CESAG, para el que adapté los contenidos, los ejemplos y las demostraciones a sus áreas de estudio (Comunicación, Enfermería, Educación y Ciencias del Deporte).
La primera sesión, titulada «Inteligencia artificial para el impulso de la educación superior» (8 de enero), sirvió como puerta de entrada al fascinante mundo de la IA generativa. Exploramos sus fundamentos, el arte de la formulación de prompts y el amplio abanico de posibilidades que ofrecen los asistentes inteligentes para la docencia universitaria.
En la segunda sesión, «La inteligencia artificial en el aula: propuestas, sinergias y fronteras» (22 de mayo), nos sumergimos en estrategias prácticas para optimizar y enriquecer las tareas docentes y de evaluación con la ayuda de la IA generativa, siempre desde una perspectiva ética y responsable.
También nos introdujimos en el análisis y la creación de imágenes mediante IA, lo que abrió un debate sobre las consideraciones editoriales a tener en cuenta ante la posible banalización de la creatividad derivada de la proliferación de imágenes generadas artificialmente.
La tercera y última sesión, «Investigar con inteligencia artificial: métodos emergentes y retos editoriales» (11 de septiembre), se ha centrado en el universo de la investigación científica potenciada por la IA. Hemos experimentado con un conjunto de herramientas innovadoras (asistentes para la revisión bibliográfica y el análisis de publicaciones y colecciones) que prometen transformar la forma de encontrar y procesar la bibliografía científica.
Hemos explorado cómo estas herramientas pueden ayudarnos a formular preguntas de investigación más precisas, a descubrir nuevas conexiones entre campos de estudio y a generar informes y análisis de datos de forma más eficiente. Un aspecto clave que hemos abordado ha sido la diversidad de criterios y directrices que las revistas científicas están adoptando sobre el uso de la IA, tanto en las fases de búsqueda bibliográfica y extracción de datos como en la redacción de los manuscritos.
En definitiva, nos hemos asomado a un futuro que ya está aquí, en el que la IA se está consolidando como un aliado indispensable para el personal investigador. Y por ello, un rasgo común de las distintas sesiones ha sido el énfasis en el razonamiento crítico y la actitud reflexiva, esenciales para minimizar riesgos y favorecer un uso seguro de estas herramientas.
Agradezco enormemente al CESAG la oportunidad y la cálida acogida que me han brindado. Ha sido un placer especial compartir estos días con el equipo docente, donde cada descanso se ha convertido en un valioso foro de intercambio de ideas. Además, es un regalo volver a Mallorca y disfrutar, aunque fugazmente en cada ocasión, de la cambiante luz que baña la isla a lo largo del año.