InicioCuaderno de viajeMánchester, Leeds y Bleaklow

Regreso al noroeste de Inglaterra

Famoso por ser la cuna de la Revolución Industrial, el noroeste de Inglaterra destaca también por la belleza natural de la amplia campiña. Mi reciente estancia en Wirral y en el Distrito de los Lagos me enseñó que hay mucho que ver en esta región, y ello ha sido motivo para regresar y visitar esta vez los condados del Gran Mánchester y el Yorkshire del Oeste para disfrutar el ambiente intenso de sus vibrantes ciudades y recorrer a pie sus singulares montañas.

Mánchester

Una famosa guía de viajes describe Mánchester como «la Barcelona de Inglaterra». Si bien resulta fácil encontrar paralelismos superficiales entre las dos ciudades, lo cierto es que Mánchester tiene personalidad propia. Es una metrópolis palpitante que ha sabido aprovechar su herencia de la Revolución Industrial.

Quizá porque es poco monumental, habrá quienes no la consideren una ciudad bonita, pero tiene un algo que engancha, tal vez porque es auténtica. Nada que ver con el parque temático en el que se ha convertido Barcelona, ya una ciudad artificial, un monocultivo de turismo masificado y de mal gusto que convierte la comparación en un cliché detestable.

Mánchester encierra en su centro un distrito comercial bastante extenso, formado casi exclusivamente por tiendas y oficinas. Casi todo el barrio está deshabitado y, durante la noche, está desierto y silencioso. Más animado es el ambiente del Northern Quarter; da para mucha diversión, incluso si uno no es ave nocturna.

Tras el de Londres, el Chinatown de Mánchester es el mayor enclave étnico de la comunidad china en Gran Bretaña. Está repleto de restaurantes y tiendas de comida asiática (china, tailandesa, japonesa, malasia, nepalí, vietnamita y singapurense).

Mánchester
Mánchester

Leeds

Leeds es un importante centro metropolitano en Yorkshire del Oeste. Alberga varios edificios industriales y patrimoniales hoy reconvertidos en galerías de arte. En esta ciudad, la práctica artística y el coleccionismo tienen una larga historia. Quizá la galería más importante, por su colección de arte contemporáneo, es la Leeds Art Gallery, situada junto al ayuntamiento de la ciudad.

El centro metropolitano está repleto de construcciones históricas. Una de las más peculiares es el canal de Leeds y Liverpool, el más largo de Gran Bretaña. Es un vínculo muy querido entre las ciudades y los pintorescos pueblos que une a través de los Peninos.

Leeds
Leeds

Bleaklow

Los Peninos, a menudo llamados «la espina dorsal de Inglaterra», son una cordillera que se eleva entre el norte de Inglaterra y el sur de Escocia. Forman una cadena montañosa ininterrumpida que se extiende desde el Peak District, a través de los valles de Yorkshire, los páramos de Lancashire y las montañas de Cumbria, hasta perderse en las Colinas Cheviot, en la frontera escocesa. La proximidad geográfica de esta cordillera es una invitación a recorrerla a pie desde la localidad vecina de Glossop, una de las puertas de entrada al Peak District.

Bleaklow es una meseta cuyo aspecto inofensivo no debe hacer bajar la guardia. En un día brumoso, esta montaña llega a plantar cara al montañero más preparado. La mala visibilidad, el inhóspito paisaje y algunos peligros poco evidentes pueden convertir lo que parece una excursión sencilla y tranquila en una experiencia difícil que pone a prueba la capacidad de orientación y de resistencia.

El terreno, además, es muy cenagoso. Caminar por estos páramos de musgo y turba es como pisar una enorme esponja empapada de un agua que el carbón disuelto ha vuelto negruzca. La colina (Bleaklow Head), por su parte, es tan redondeada que su cima, todo un paraje lunar, no parece la cumbre de nada.

Por si el paisaje no fuese lo bastante inquietante, cerca de la cima yacen los restos del B-29 Overexposed, un avión de reconocimiento fotográfico que se estrelló en 1948 durante un vuelo rutinario. La tragedia costó la vida de los 13 tripulantes y, tal como se puede observar, muchas personas aún vienen a presentar sus respetos. Cuesta creer que todo ha permanecido intacto durante décadas. Por supuesto, me aseguré de no tocar nada.

A pesar de ser un lugar inhóspito e inquietante, Bleaklow tiene su lado amable y pastoral, y me alegra que me persuadieran de recorrer este paraje; es una travesía que recordaré siempre.

Glossop
Glossop
Bleaklow
Bleaklow

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